El transporte y la incidencia de los patógenos humanos
La carne es un
componente importante en la dieta de la mayoría de las personas. Existe una
necesidad real de carne y que sus productos contengan un número mínimo de
organismos patógenos para los humanos.
Las enfermedades de
origen alimentario, son consideradas uno de los principales problemas
sanitarios. Las infecciones por Salmonella y Campilobacter se encuentran entre
las principales causas de gastroenteritis aguda en los humanos. Estos
organismos y el Estafilococo aureus son los agentes patógenos potenciales que
se aíslan más frecuentemente, tanto
de animales vivos como en la carne de pollo.
El estrés en la avicultura, sumado
a sus conocidos efectos, podría causar daño al tracto intestinal y cambiar los
patrones de excreción de los organismos desde intermitente a una eliminación
constante. La disminución de la resistencia de la pared del tracto intestinal,
podría resultar en una ruptura intestinal durante el procesado, situación que
es responsable de la diseminación de los microorganismos sobre las canales y el
equipo.
Después del transporte, los pollos sacrificados generalmente muestran
un incremento de la contaminación por Salmonella. Los serotipos de Salmonella
hallados en los productos faenados provienen de aves vivas, lo cual indica que
son de origen intestinal. Está claro que producto del ayuno de alimento y agua,
antes del sacrificio, minimiza la contaminación fecal de las canales. Se sabe
que las condiciones de pre faenamiento, en la manipulación de las aves vivas,
influyen sobre la tasa de contaminación de los productos faenados.
Por
consiguiente, factores estresantes, tales como el pillaje, procedimientos de
carga, transporte, períodos de espera y las condiciones en el matadero, así
como durante el proceso mismo de la matanza, tienen un efecto claro sobre la
incidencia de microorganismos patógenos humanos presentes en los productos
avícolas.
Un trabajo para ser cumplido a cabalidad.
Se producen hermosas
aves para la venta. Sin embargo, el trabajo aún no se ha completado, sino hasta
que los pollos son entregados a la planta de procesamiento.
Las aves,
inevitablemente sufrirán algún grado de estrés durante el pillaje y transporte.
La industria, por lo tanto, debiera hacerse responsable por el bienestar
individual de los pollos y de minimizar los factores estresantes a los cuales
ellos son expuestos. A causa del número de aves involucradas, mejoras
relativamente pequeñas pueden disminuir el sufrimiento de miles de aves al año.
Para lograr esto se debería asegurar un manejo tal de las aves, que todas
ellas, incluso las que están en mal estado, reciban suficiente agua antes del
transporte.
Las aves deberían ser
pilladas y transportadas bajo las mejores condiciones posibles, utilizando
personal entrenado y competente. La manipulación y el tiempo de
comercialización, se deben mantener al mínimo, y los broilers deben ser
sacrificados lo más cerca posible de su punto de producción. La implementación
de estas estrategias mejorarían el bienestar de millones de pollos destinados a
matadero.
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