La Ventilación en Los Galpones para Aves.


Los efectos de la ventilación
En los galpones modernos para aves en recría se requiere de una apropiada calidad del aire, para así mantener la salud y productividad de los pavos, y además crear condiciones cómodas para el buen desempeño del personal. 





Una buena calidad del aire interior depende del sistema de ventilación, del manejo de la cama y del lote, de los sistemas de alimentación y bebederos, así como también de la limpieza durante la operación. El nivel óptimo de ventilación requiere proporcionar una distribución uniforme de aire fresco y seco con un mínimo de corrientes de aire, en el caso de ventilación artificial está determinado por el tamaño y número de ventiladores que tenga el galpón, y para la ventilación natural el tamaño y espacio de las aberturas de entrada de aire. 


El objetivo de cualquier sistema de ventilación y calefacción es asegurar el abastecimiento de aire fresco, el suministro de oxígeno dentro del galpón, controlar la temperatura y obtener niveles aceptables de humedad. El sistema de ventilación debe ser capaz de eliminar adecuadamente el Sulfuro de hidrógeno

(H2S), el dióxido de carbono (CO2) expirado por las aves y producido por la combustión del gas, el amoníaco (NH3), como el monóxido del carbono (CO) que puede resultar de la combustión incompleta de gas en calentadores, así como otros gases, polvo y olores. También es importante estar extrayendo la humedad que proviene del aire exhalado por las aves, el estiércol y el derrame de los bebederos. La tabla 2 muestra los niveles máximos de contaminantes aéreos y la calidad óptima del aire los galpones de pavos.
Una cama húmeda siempre es seguida de una producción excesiva de amoníaco. Las altas concentraciones que se pueden acumular en el galpón pueden dañar el sistema respiratorio, predisponiendo a una infección microbiana y a un mal rendimiento. La exposición de las aves a altas concentraciones de amoníaco por períodos prolongados puede producir Querato conjuntivitis, depresión respiratoria y daño patológico del tracto respiratorio, acompañado por un aumento en la susceptibilidad a las infecciones bacterianas y virales secundarias. Además, cuando el tracto respiratorio está herido y se irrita, se puede comprometer la respuesta a las vacunas, (ver tabla 2).



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