Algunos efectos fisiológicos adversos
Muchos estudios han sugerido que el transporte representa un severo
factor de estrés, según mediciones de la inmovilidad tónica, frecuencia
cardiaca y concentraciones plasmáticas de corticosteroides. Este se eleva a lo
largo de la jornada de transporte.
Esta activación aparente del eje hipotálamo -adenohipofisial - adrenocortical es consistente con la observación de los incrementos post transporte
de la relación heterofil/linfocitos, la que puede ser usada como un indicador
para el diagnóstico del estrés por transporte en los pollos broiler comerciales.
El transporte también estimula la liberación de glucagón, lo cual incrementa la
lipólisis y aumenta la con centración plasmática de ácidos grasos no esterificados.
La disfunción y el daño tisular inducido por el estrés del transporte ser efleja
en el incremento de la actividad plasmática de enzimas musculares intracelulares,
entre las que se incluye la Creatina Quinasa.
El transporte y el estrés calórico
Un factor de gran
importancia en la inducción de estrés fisiológico durante el transporte es el
complejo termo- ambiental al que pueden exponerse las aves. El estrés calórico
asociado con alta mortalidad, baja productividad, deterioro en la calidad de la
canal, y un bajo nivel de bienestar animal son reconocidos por la industria
avícola como un problema de ocurrencia frecuente durante el transporte de
broiler comerciales.
Sin embargo, sólo se han realizado unos pocos esfuerzos
para caracterizar las condiciones térmicas que experimentan los pollos broiler
en los vehículos de transporte comercial.
Durante el transporte y
cuando las aves son mantenidas en espera en la planta de procesamiento, éstas
pueden ser presa de estrés calórico, especialmente en los días húmedos y
cálidos, ya que las aves no pueden disipar el calor lo suficientemente rápido desde sus cuerpos. Cuando los
broilers son transportados, por lo general se colocan en jabas de alta
densidad, con lo que se reduce notablemente la capacidad de regulación térmica,
salvo para aquellas aves situadas en los bordes externos de las jabas.
Bajo estas
circunstancias, la única forma de liberar el calor es por medio de los espacios
aéreos entre las cabezas de las aves y el piso de la jaba superior.
La pérdida de calor a
nivel de las cabezas de los pollos, que se proyecta a través de este espacio,
se verá limitada por el hecho de que los apéndice primarios para la liberación
del calor, como son la cresta y barbillas tienen un bajo nivel de desarrollo en las aves de solo 7 a 8 semanas
de edad.
Esto significa que para que un ave sobreviva a los efectos del estrés calórico, debe ser capaz de perder el suficiente calor mediante el enfriamiento evaporativo, usando el aire en el espacio alrededor de su cabeza. Si ese espacio tiene una buena ventilación, como lo es para las aves ubicadas en los extremos de las jabas, entonces las aves sobrevivirán.
Si las aves no reciben
ventilación con aire fresco por un período muy prolongado, se producirá una
acumulación de calor y humedad producto de la cual las aves morirán.
Al llegar a la planta,
cuando los broilers se mantienen en las jabas esperando para ser procesados, a
menudo la corriente de aire a través de éstas es muy pequeña o inexistente. Por
lo general puede existir un retraso de varias horas, y si no se toman las precauciones de mantener frescas
a las aves, pueden producirse grandes pérdidas.
Cuando el estrés
calórico se hace presente, este podría exacerbar la deshidratación, ya que el
enfriamiento en los broilers se basa en gran medida en la evaporación a partir
del tracto respiratorio, y por medio del jadeo que les permite liberar el
calor, VCC (Volumen Celular Condensado) el cual puede ser indicativo de deshidratación.
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